Los 22 de Phelps

Baltimore en Maryland vio nacer hace 27 años a un chaval llamado Michael Phelps. Pocos pensaban que este chico llegaría lejos. Diagnosticado con hiperactividad comenzó a nadar por la insistencia de su hermana en que focalizase su energía en una actividad. Pronto el chico empezó a destacar y comenzó a entrar en categorías inferiores. Brazada a brazada el tiburón de Baltimore llegó en 2003 a Barcelona a los campeonatos del mundo donde con 18 años conquistó 4 oros y 2 platas. El reinado de Thorpe tocaba a su fin. El australiano asombró en los juegos del 2000 en Sidney, pero para Atenas le había salido un duro competidor. En Atenas, Phelps explotó definitivamente; seis oros y dos bronces. Acabó con Thorpe que se retiró para siempre.

El reinado era suyo. Y su objetivo era superar a Mark Spitz. Es decir, conseguir 8 medallas de oro en solo unos Juegos, una mas de las que consiguió el californiano. Esa era la única meta que le quedaba y en Pekín la consiguió. Con polémica en la final de los 100 metros mariposa frente a Cavic pero lo consiguió.

Todos los récords rotos, 8 medallas de oro en unos mismos juegos, dominador absoluto del agua... Solamente le quedaba una cosa. Algo que parecía imposible de conseguir cuando el desgarvado chico de Baltimore comenzó a nadar; Tener más medallas que nadie. La barrera eran las 18 medallas de la gimnasta rusa Latynina

Phelps llegó a Londres sin estar a tope. En los trials americanos se evidenció que era superior a los demás pero no era el de Pekín. Lochte le arrebató muchas victorias. Michael estaba cansado de la piscina. Desde los 10 años su rutina diaria incluía siempre muchas horas de piscina. Y con todo el mundo a sus pies, con todo conseguido y el futuro solucionado Michael decidió retirarse después de Londres ocurriera lo que ocurriese.

A su vez, decidió ir a disfrutar, no sólo a competir. De este modo, mientras sus compatriotas nadadores siguieron entrenando en Londres, Michael visitó la ciudad y se relajó. No tenía presión. Todo apuntaba a que el Tiburón no iba a dominar las pruebas; en su primera final acabó cuarto. Lejos de Lochte que dominó la prueba. En el 200x4, prueba de relevos, Francia les quitó la victoria a los americanos.

Los oros comenzaron a caer a partir de su tercera final, el 31 de julio junto con Ryan Lochte, Dwyer y Berens, Phelps consiguió su primer oro en Londres. Al día siguiente conquistó el metal dorado en el 200 estilos. El 2 de agosto, Phelps ganó su última medalla individual demostrando porque ha sido el mejor de la historia. En un último largo antológico, el tiburón de Baltimore completó una remontada brutal para colgarse su presea dorada número 17, la 21 en total.


Al día siguiente, en su última carrera como profesional Phelps y sus compañeros de equipo Grevers, Hansen y Adrian conquistaron el oro en el 4x100 estilos. 22 medallas, más que nadie. 18 de Oro, mas que nadie.


Dominador de 3 Olimpiadas en la piscina. Probablemente uno de los mejores deportistas de todos los tiempos que ha decidido no volver a una piscina para pasar tiempo con sus amigos y desarrollar su otra gran pasión; el Golf. De este modo, Phelps entra en los momentos míticos del 2012 de forma holgada y despidiéndose.