miércoles, 20 de noviembre de 2013

Expertos en romper el Oro

¿Qué tienen en común George Best, Alfredo Di Stéfano o Ruud Gullit? Los tres tienen un balón de oro. Y los tres lo ganaron sin ningún tipo de polémica o campaña. Hubo un tiempo en el que este trofeo no era un tema político por el que se montaban campañas. Simplemente, France Football elegía al mejor de ese año y sinceramente no solían fallar

Algunos borrones hubo, claro está. El no balón de oro de Raúl, Owen ganándolo, Papin y algunos otros ganadores sospechosos. Pero la mancha se producía cada años y la palabra de France Football iba a misa. Ahora con este invento perpetrado por los celos que tenía la FIFA con el premio la revista gala ha perdido el poder, que ha pasado a manos del órgano dirigido por Blatter. ¿Quieren un ejemplo? Si en 2010 sólo hubiesen contado los votos de los corresponsales de France Football el ganador del trofeo habría sido Robben, no Messi.

En sólo tres años, la FIFA ha conseguido destruir el prestigio e infalibilidad de este trofeo. ¿Cómo lo han hecho? Muy sencillo; el voto del capitán y seleccionador de Papúa Nueva Guinea (con todos mis respetos) vale lo mismo que el voto de Vicente Del Bosque e Iker Casillas. Esta situación, ya de por sí absurda, abre otra caja de truenos. ¿Estos países pequeños votan de forma independiente? Esta última pregunta es la que se hacen los defensores de la teoría de la conspiración. 

Estos conspiranoicos tienen dos vertientes. Los que ven al aparato de la FIFA contra Cristiano Ronaldo y los que ven a la FIFA contra España. Y al fondo esta Messi, que lleva cuatro balones de oro. Este jaleo se habría evitado si France Football siguiese con el poder.

Por varios motivos; bajo mi punto de vista un corresponsal de esta revista no es un cualquiera y tendrá una opinión más formada que el capitán de una selección oceánica. Además, los cuatro balones de oro seguidos de Messi serían impensables, siempre había tendencia a repartir para no repetir. Así pues, los balones de oro de 2009 y 2011 son indiscutibles para el argentino los otros dos habrían estado repartidos.

Y sobretodo, si France Football siguiese mandando su palabra seguiría siendo sagrada. No habría conspiraciones ni sospechas, solo periodistas bien formados y con prestigio votando por futbolistas. Nada de intereses políticos, ni chiquitos, ni Blatteratos. Nada de FIFA, cuyo afán de corromper y controlar todo es increíble. El organismo internacional tiene la capacidad de un Rey Midas, pero todo lo que toca se convierte en corrupto en vez de en oro.

Yo hecho de menos el auténtico premio, el invento de ahora no me parece bien. Para mi no cuentan, el trofeo ha muerto. Me quedó con los DVD´s que dio Marca en el que puedo degustar de nuevo a Van Basten o Platini

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